Hace unos meses me llamo Francis, un gran amigo y colega de mis tiempos de PepsiCo. Acababa de tomar una gran oportunidad como CEO de una nueva empresa. Deseaba que le diera algunos consejos, como su mentor que había sido, para asegurar su éxito en su nueva empresa.
Me comentaba,
– “En los años que te conocí fuiste promovido o trasladado muchas veces a otros países y siempre tenías éxito. La gente te aceptaba rápidamente y se comprometía a realizar su mayor esfuerzo. ¿Que hacías? ¿Hay algún secreto?
Mi respuesta fue relativamente rápida pues lo había hecho varias veces:
– “No hay ningún secreto, tienes que asumir que tienes la oportunidad durante los primeros 100 días de sentar bases sólidas en tu nuevo trabajo y comenzar a dejar tu huella”.
Comienza tu transición antes de comenzar tu trabajo.
Recuerda las respuestas que te dieron durante tu entrevista de contratación o cuando fuiste promovido: ¿cómo se toman las decisiones?, ¿cuáles son los principales desafíos?, ¿cuáles funciones o áreas son fuertes y cuáles requerirán un trabajo de reestructuración? Usa esta información para comenzar a construir hipótesis sobre cómo las cosas podrían ir mejor. Si no sabes, pregunta.
Viaja o conoce a fondo tu organización, escucha atentamente y busca aliados en todo lo que veas y escuches.
Habla y escucha a tus jefes, colegas, empleados y obreros de todas las jerarquías, distribuidores, clientes y proveedores. Normalmente, cuando yo tomaba un nuevo cargo me pasaba los primeros 30 días escuchando y hablando con la gente. Luego de preguntar sobre lo que tuvo éxito o no, comenzaba a formarme un patrón sobre cómo operaba la empresa. Recuerdo que cuando tomé la presidencia de Pepsi-Cola Brasil me tomé 30 días viajando por todo lo ancho de ese país; pude visitar y conversar sobre todo con los clientes, tuve la oportunidad de escuchar y apreciar las opiniones de docenas de personas muy conocedoras e importantes en el negocio. No sólo aprendí mucho de la situación de la empresa, sino que también pude establecer buenas relaciones con personas como primer paso para crear un vínculo. Esto es quizás sea la parte más importante en tu nuevo trabajo.
Cuando hagas preguntas, estate en busca de las futuras estrellas que tu quisieras tener en tu equipo.
El tour de intercambiar ideas, escuchar y preguntarlo ayudará a identificar a los jugadores claves que tu necesitarás para formar tu equipo gerencial. Cuando hagas preguntas, tu querrás gente que conteste con conocimiento y ofrezca buenas respuestas y tambien haga buenas preguntas. Una de las interrogantes que hacía en mis viajes de reconocimiento de mis nuevos mercados era: ¿quién fue el mejor jefe y por qué? Esta pregunta me servía para valorar lo que los otros valoraban y esperaban de mi puesto. Además, podía leer entre líneas los valores de la organización o de esa persona.
Toma conciencia de lo que no sabes. Identifica alrededor tuyo quiénes son los expertos y no tengas miedo de apoyarte en ellos.
Nadie espera que un líder sepa de todo. No hay nada más desmotivador para un futuro equipo de trabajo que el líder que sea un «sabelotodo». En Europa Oriental no sólo tuve que encarar la parte operativa del negocio, sino algo aún más importante: la parte cultural. Cuando quise promover a un ruso como número uno de este mercado (el primer ruso en este cargo), me sorprendió su respuesta negativa: la razón más importante que medio fue que toda su familia estaba en San Petersburgo y que él prefería vivir en esa zona antes que mudarse a Moscú. Su conjunto de valores personales era diferente a los del mundo occidental.
No temas a la gente que esté en desacuerdo.
Escucha con mucha atención a aquellos alrededor suyo, en especial a quienes desafían tus presunciones. Hay que apreciar mucho a la gente con carácter, pues ése es el principal ingrediente de un líder. Muchas veces me encontré en medio de situaciones incómodas, pues se cuestionaban mis estrategias o planes… pero nunca nada me fue tan útil como escuchar sus argumentos y no convertirlos en asuntos personales.
Me acuerdo, por ejemplo, de Juan, que en ese tiempo era el vice-presidente financiero de la división latinoamericana de Pepsi. Él me cuestionó el gasto de 300 dólares para comprarme un televisor para mi oficina. Me dijo directamente:
– “Lucho, tú tienes autoridad para firmar compras y contratos por muchos millones de dólares, y si quieres comprarte un TV, lo puedes hacer, sin embargo, cuestiono tu decisión, pues va en contra de nuestros valores de austeridad. Además, si tú como jefe te compras un TV, indirectamente estás enviando un mensaje a la organización diciendo que los demás también pueden comprar los suyos”.
“Le dije:
«Juan, soy un hombre con suerte de tenerte a mi lado”.
Tenía razón, desistí de la compra. Juan me demostró tener carácter e integridad; ese día aprendí una buena lección de él.
Limpia la casa si tienes que hacerlo.
Dependiendo de la situación, no importa cuán clara sea tu visión y tus valores, reconoce que puede haber gente que ha visto salir y entrar a tus predecesores y que está agotada para seguirte, o no tiene conocimientos ni experiencia y peor aún no tuviera integridad.
No tires al tacho todo lo que tus predecesores hicieron, pero no seas tímido en promover tu propia agenda.
No asumas que la anterior administración “metió la pata en todo” o perdió la visión integral del negocio. Es probable que haya algo de cierto en esto. Si tiene una clara visión de lo que hay que hacer, impleméntela lo antes posible.
Quédate con pocas prioridades.
Uno no puede arreglar todo a la misma vez. Hay que escoger las acciones de más alto impacto que hagan la diferencia para comenzar a alinear a la organización.
Planifica unas cuantas “jugadas ganadoras” que te den éxitos de corto plazo.
No hay nada mejor que el éxito para tener más éxitos y que te vean comprometido y apasionado por el negocio. Es un aspecto crítico para el nuevo líder crear dinamismo durante la transición. Escoge algún problema u oportunidad que la organización no ha podido resolver y consigue arreglarlos rápidamente para lograr la credibilidad del equipo.
No tengas miedo en cometer errores, pero asegúrese de corregirlos muy rápido.
Cualquier situación nueva está llena de peligros, pero el tomar el puesto de líder te expone más a este tipo de situaciones, en lo personal y en lo profesional. Acepta que no puede saber de todo en sus primeros meses. Inclusive si tuvieras una gran experiencia en la industria de tu nueva organización, no estarás aislado de la posibilidad de cometer errores en una organización y cultura empresarial que tu no conoces. La mayoría de líderes fallan porque no consiguieron la credibilidad y autenticidad en su equipo.
Por último, preguntate qué realmente es lo que quieres que prevalezca en tu organización. Que tipo de Líder quieres ser.
Te quedará sorprendido de tus propias respuestas. Piensa profundamente que lo que tu hagas o dejes de hacer en tus primeros 100 días marcará tus valores, carácter, apertura, liderazgo, administración y visión del negocio. Recuerda: La gente te vera como ejemplo a seguir. Al final, no importa lo que tú digas ¡Tú eres el mensaje!